El camino de los mandalas

El significado literal de la palabra sánscrita Mandala es círculo, esencia y contenedor, de manera sintetizada significa la esfera de la esencia.

Ya desde el principio de los tiempos el ser humano ha tenido la necesidad de poder expresar de manera artística, gráfica… la relación entre lo transcendente y lo terrenal. La inquietud por encontrar el sentido de la vida y la muerte. De hecho, muchísimas civilizaciones antiguas como las orientales, la Europa medieval, la cultura egipcia, musulmana, los Aztecas, los Mayas, las culturas tribales… utilizaban representaciones como los mandalas para establecer conexiones entre lo espiritual y lo mundano buscando símbolos que dieran un sentido a la esencia y a la relación con lo que la vida cotidiana les aportaba como son las emociones, los nuevos retos, las dificultades, las inquietudes, las relaciones humanas, las transformaciones…

La naturaleza sin duda siempre ha sido una fuente muy importante de inspiración de imágenes que establecía la conexión entre nosotros y la vida, tanto por sus formas como por su significación. El sol, la luna, las estrellas, las flores, los árboles, el viento, el agua, las estaciones, los frutos, los animales…
Basta con contemplar Iglesias, templos, fiestas populares, danzas dónde podemos encontrar muchísimos ejemplos de representaciones artísticas de carácter cooperativo, armónicas, de gran carga espiritual o de una extraordinaria sencillez que nos representan como comunidad, como cultura, como parte de todo un engranaje que es el universo.

Depende de nosotros el camino que queramos emprender con los mandalas pero sin duda, todos ellos son beneficiosos, agradables y positivos.
Sea el camino de diseñar (en cualquiera de sus formas) como el de la contemplación o la meditación lo qué si puedo asegurar, es que es una actividad que nos proporciona sosiego y tranquilidad. Nos Aportan un espacio físico y mental que favorece la meditación, la reflexión, el desahogo, la creatividad y es una manera muy valiosa de expresar nuestro estado de ánimo.

La propia estructura, así como su disposición nos aporta una sensación de equilibrio. Entre otras cualidades favorece el pensamiento positivo, nos aporta paz y serenidad. Nos ayuda a conectar con nuestro yo interior, a dejar de lado nuestras preocupaciones, nuestros pensamientos y centrándonos en el aquí y ahora.
Al activar las partes analíticas y creativas de nuestro cerebro nos facilitar el desarrollo de nuestra capacidad a la hora de resolver problemas, favorece habilidades motoras y estimula nuestra fuerza interior.
No solo eso, sino que además los mándales ayudan al desarrollo de la concentración, de la paciencia, de la imaginación y entre otros potencian los valores como son el tesón, la constancia, la perseverancia y el hecho de trabajar con creaciones propias, únicas y personales ayuda a aumentar nuestra autoestima.

Sin duda, los mandalas son un canal muy potente de comunicación del cual podemos disfrutar y beneficiarnos muchísimo.

Déjate llevar!!

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